¿Por qué hablar de
derechos humanos?
Los
Derechos Humanos responden a las necesidades de las personas, grupos y
sociedades y garantizarlos promueve el ejercicio de la dignidad.
El concepto de Derechos Humanos es integral, ya que son
interdependientes, es decir que no hay un derecho más importante que otro, lo
que implica que la violación a uno solo de ellos, repercute en múltiples
violaciones, además que la realización de un derecho posibilita la realización
de otros.
El concepto derechos humanos es universal e incluyente, ya que son
necesarios para todas y cada una de las personas, tanto en lo individual como
en lo colectivo, en el marco de la situación histórica, temporal y cultural que
rodea la convivencia de las personas.
Por lo tanto, el modo de realización de los derechos humanos
depende de la situación social, política y cultural de los grupos humanos que
los ejercen, defienden y reivindican.
Reconocemos, pues que la universalidad de los derechos humanos
está dada en tanto los seres humanos somos distintos, es decir, nadie tiene que
renunciar a su identidad, forma de ser o de pensar para poder ejercer sus
derechos.
Además esta noción de derechos humanos se ofrece como discurso
para la acción social, ya que su fuente es popular, alimentada por distintos
sectores de la sociedad (mujeres, indígenas, ecologistas, trabajadores, etc.)
que reivindica la integridad, la interdependencia, la colectividad y la
equidad.
Los Derechos Humanos son:
- Históricos. Están vinculados profundamente
con la realidad histórica, política y social.
- Inalienables. No es posible cambiar de titular
a un derecho, por lo tanto tampoco es imposible enajenarlos.
- Imprescriptibles. Tienen un carácter
permanente, por lo que no pueden desaparecer o dejar de ser reconocidos
por el mero transcurso del tiempo.
- Universales. Son de todas las personas,
sin distinción cual ninguna.
- Indivisibles. Todos son importantes,
ninguno puede separarse de otro.
- Interdependientes. Todos los derechos humanos están
articulados.
- Dinámicos. Se encuentran en un proceso de
constante evolución, son cambiantes.
- Progresivos. Su tendencia es al avance,
de ninguna manera a la regresión o cancelación, tanto en lo que
corresponde al contenido protegido como a la eficacia y procedimiento para
su cumplimiento.